viernes, 22 de marzo de 2013

Boca espantó los fantasmas con una goleada a Excursionistas por la Copa Argentina

Con respeto por un digno rival que nunca pudo hacerle fuerza y con una palpable tranquilidad, Boca comenzó anoche su defensa de la Copa Argentina con un triunfo en esta capital chaqueña que vivió una fiesta en las tribunas. Y, como se suponía, no necesitó de los penales, como en todas las fases que había jugado en la anterior edición (salvo la final ante Racing). La victoria frente al humilde Excursionistas fue la esperada, pese a que en este torneo suelen sobresalir las sorpresas.




Boca mostró a un Lucas Viatri activo en su rol de organizador y a un Nicolás Blandi con el traje de fantástico goleador. Ambos parecieron sumar varios porotos en la lucha por ser el delantero de área que necesita Carlos Bianchi (pelea que comparten Viatri y Blandi con el uruguayo Silva).
La diferencia física también quedó expuesta y no fueron pocas las veces en las que Excursionistas cortó con faltas. No por jugar de manera violenta, sino porque los adversarios jugaron siempre un segundo más rápido.


"Vamos a salir a jugar", había avisado Néstor Rapa, técnico del conjunto de Primera C. También había reconocido: "Ojo que si Boca nos lleva por delante nos vamos a tener que defender". El equipo del Bajo Belgrano propuso un juego con el balón al ras del césped, pero no tuvo éxito. Los laterales pasaron poco al ataque y Juan Fontenla, en el círculo central, fue el que más se soltó para hacer jugar a sus compañeros.
Ese castillo de naipes de Excursionistas se derrumbó por una escapada de Nahuel Zárate por la izquierda y un centro para Viatri, quien hizo un movimiento riquelmeano para definir ante Sebastián Malnero.


Y con eso bastó; con un Boca que (sin baile) monopolizó la pelota de un modo que pocas veces habrán sufrido los chicos de Excursionistas. Qué decir después de la expulsión de Darío Carpintero, que serruchó a Cristian Erbes y recibió una acertada roja de parte de Fernando Rapallini.


A partir de allí apenas quedaron los sueños de igualdad en alguna pelota detenida. Aunque para eso había que al menos arrimarse a Oscar Ustari. Boca, bien parado, nunca lo permitió. Y encima tuvo tiempo para aumentar una diferencia evidente. El 2-0, el de la tranquilidad definitiva, lo convirtió Pablo Ledesma, de penal. Blandi, después, cerró el marcador con un doblete.

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