viernes, 31 de mayo de 2013

Guzmán, el héroe: “Este es el sueño de todo pibe”

Detrás de ese traje de héroe, de ese buzo celeste y esos guantes blancos, se esconde la pintoresca historia de un arquero que hasta los 15 años no sabía que su talento estaba debajo de tres palos. Nahuel Guzmán, el superhéroe leproso en la histórica clasificación del miércoles frente a Boca, el que se ayudó de un “machete” para tapar los penales de Riquelme y compañía, encontró su vocación casi sin quererlo.



“¿De qué se prueba usted?”, le preguntó Miguel Fullana, un histórico defensor rojinegro, por aquel entonces entrenador de la novena división.

“De 6 o de arquero, no lo sé”, respondió él con la incredulidad de un adolescente. Decidió probar suerte en el arco. Mal no le fue. Desde ese día jamás se separó de sus guantes de arquero.

La historia de Guzmán (27 años) también es la historia de un luchador, de un pibe de barrio que nunca bajó los brazos cuando la oportunidad no se presentaba.

El Patón, como lo llaman sus amigos, es el cuarto jugador de la historia del club con más partidos en el banco: estuvo 137 veces. Fue suplente de Justo Villar, campeón con el conjunto rosarino en 2004. Decidió probar suerte en Independiente Rivadavia de Mendoza para tener algo de continuidad. Volvió en 2009 y se encontró con un enorme Sebastian Peratta en el arco.

La chance de mostrar todo su potencial llegó recién con el arribo de Gerardo Martino. Al Tata no le tembló el pulso para ponerlo en el arco. A su juicio, era por sus características el arquero ideal para el Newell´s que tenía en mente. “En la salida, tenés que ser el primer defensor del equipo”, le pidió el entrenador. Tarea, al cabo, que cumple con creces. El miércoles, por ejemplo, dio 18 pases, 7 más que Leandro Somoza, el cinco rival.

“Lo que me toca vivir es el sueño de todo pibe. Defiendo el arco del club del que soy hincha, formo parte de un equipo increíble y ahora voy a jugar unas semifinales de Copa Libertadores”, cuenta Guzmán, el héroe, el gigante del arco, una vez lograda la hazaña.

-¿Cómo es la historia del machete donde tenías anotado cómo pateaban los jugadores de Boca?


-Lo armamos con Damián Silvero (encargado de realizar los videos de los equipos rivales), era una especie de ayuda memoria. Pero por lo general tenía decidido dónde jugarme. Aunque también es difícil explicar ese segundo, esa decisión de ir para un lado o para otro.

-En el primero de Riquelme te quedaste parado...


-Hace dos días tenía decidido que Riquelme lo iba a patear al medio. Quizás quedaba como un boludo si él la tocaba a un costado y yo me quedaba parado.

-¿Fue el partido más vibrante que te tocó vivir en tu carrera?


-El más emocionante, seguro. Por todo, por la definición, por la instancia, por el rival. Además uno lo vive como hincha y es difícil despegarse del sentimiento. Reinó una tensión pocas veces vista. Por eso la locura y explosión del final.

-¿Les sorprendió el planteo de Boca?


-Creo que hubo situaciones que obligaron a Boca a replegarse. Fuimos superiores pero nos costó. Por nuestro planteo obligamos a Boca a meterse un poco atrás.

-¿Cómo se explica semejante presente? Hace un año peleaban el descenso.


-Hubo un cambio en la mentalidad con la llegada de un técnico como el Tata que nos puso en la cabeza que con un concepto de juego se podía llegar lejos. Hemos generado una identidad de juego que para el fútbol argentino está muy buena.

-¿Te ilusionás con ganar todo?


-La ilusión siempre está. Pero esto sigue y no hay tiempo para enfriar la cabeza. Ahora el lunes toca All Boys y hay que ganar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario