Aimar le devolvió elogios a su amigo Riquelme

Durante la entrevista en la que anunció su retiro del fútbol, Juan Román Riquelme dejó elogios para Pablo Aimar, con quien formó dentro de la cancha una notable sociedad en las selecciones juveniles, que luego se convirtió en amistad. Ahora el jugador de River devolvió las gentilezas y se mostró comprensivo por la decisión del ex Boca.


"No sé si me sorprendió. Creo que si él piensa que es lo mejor así será", expresó Aimar. Y agregó: "Es su decisión, a todos nos gusta verlo jugar, pero dejó un montón de videos".
"Le agradezco las palabras elogiosas. Es uno de los mejores con los que he jugado", expresó el ex Valencia en una entrevista a ESPN. E inmediatamente aclaró: "Esto es con la mala suerte de que también jugué algunos minutos con Messi, por eso digo 'de los mejores'".

Puntualmente, el nacido en Río Cuarto destacó que Riquelme tiene "la facilidad para elegir bien, lo que es lo más difícil del fútbol, ve las jugadas antes". Aimar lo sufrió tanto en los Superclásicos ("generalmente jugaba muy buen contra River") como en el fútbol español: resaltó puntualmente un Villarreal-Valencia en el que Román hizo tres goles (Aimar marcó el único de su equipo, que perdió 3 a 1).

Aimar desmiente su vuelta River Plate

El regreso de los ídolos es esa materia pendiente para River. Por caso, Pablo Aimar, uno de los más exitosos productos de la cantera Millonaria y actual jugador del Benfica, que destestimó su vuelta. “Es un orgullo que me quieran pero tengo contrato por un año más y voy a respetarlo”, explicó en Radio Rio Cuarto.

Volverá Pablo "el payaso" Aimar a River?

“De River no sé nada. Para mí es un orgullo que en un lugar donde ya jugué quieran que vuelva pero voy a respetar lo que acordé”, refirió el mediocampista de 32 años que en febrero extendió su vínculo con el club luso hasta 2013 y que tiene uno de los sueldos más altos del plantel.

Pablo Aimar o "el idolo de Messi"

Pablo Aimar tenía la cara como si el tiempo por allí pasara más lento. Lucía la frescura de los tiempos de River y de los días en que nació su apodo más conocido: El Payaso. Jugaba para un Valencia que parecía capaz de todo en España y en Europa. Con Héctor Cúper como entrenador llegó a la final de la Champions League; en el ciclo de Rafa Benítez ganó dos Ligas y una Copa de la UEFA (hoy Europa League). El resultaba la inspiración en un equipo cuya solidez era la principal razón de su protagonismo en la élite. Aimar, en ese contexto, ofrecía la gambeta y el toque preciso; la habilidad con velocidad; la sorpresa y el asombro. En aquellos días escuchaba elogios y frecuentemente era convocado a la Selección, aunque no tan seguido lo terminaban poniendo dentro del equipo. Mestalla lo aplaudía como antes lo ovacionaba el Monumental. Su fútbol conseguía adeptos con naturalidad. Sin saber, era profesor del mejor alumno posible.

No tan lejos de Valencia, en Barcelona, un chico del que hablaban maravillas se sentaba frente al televisor para verlo jugar. Al pibe que ya apodaban La Pulga le encantaba ese fútbol; se sentía identificado; lo vivía como propio. La adolescencia de Lionel Messi estaba en marcha. Y Aimar, su ídolo, era el espejo en el que elegía mirarse para crecer.