mi茅rcoles, 29 de julio de 2015

El broche de oro para la resurrecci贸n

La charla se produjo en el interior del lobby del hotel Quinta Real, cuando la noche arremet铆a con un calor insoportable en este rinc贸n de M茅xico. “¿Te acord谩s, hermano, lo que era este club hace un tiempo? Ven铆amos de jugar en la B Nacional, tuvimos que recorrer el pa铆s de punta a punta para ascender y se nos re铆an en la cara. Y ahora estamos en la final de la Libertadores. Esto es River, viejo”, dec铆a un se帽or que peina canas, testigo de los tiempos dorados. “Cuando la pelotita entra, todo es m谩s f谩cil”, devolv铆a su interlocutor, otro veterano, compa帽ero de rondas de whisky y vueltas ol铆mpicas. Ah铆 estaban los dos hombres, reflexionando en la madrugada de Monterrey, generando un disparador. Porque el coloso de banda roja hoy puede dar un gran paso hacia el broche de oro de su resurrecci贸n, a esa Copa que no s贸lo ser谩 un halago para su gente y un trofeo en sus vitrinas. Volver a estar en la c煤spide de Am茅rica ser谩 el hito de su reparaci贸n hist贸rica.
La mano de Adalberto Rom谩n, el penal que fall贸 Pavone, Belgrano festejando en el Monumental, el descenso revuelto en l谩grimas, el oprobio deportivo de jugar en escenarios que jam谩s hubiera imaginado... Memorias negras. Y si para poder gozar, hay que saber sufrir, River ahora puede jactarse de tener a los hinchas m谩s felices del pa铆s. Y de aquel pasado angustiante a este presente cargado de gloria, apenas pasaron cuatro a帽os. Y desde diciembre de 2013, tal cual fue el eslogan de la campa帽a de Rodolfo D’Onofrio, River se propuso volver a ser River. Y lo logr贸.



Se sucedieron los 茅xitos deportivos en tiempo r茅cord. En apenas un a帽o, River conquist贸 cuatro t铆tulos: el Torneo Final 2014 y la Copa Campeonato, de la mano de Ram贸n D铆az; la Copa Sudamericana y la Recopa Sudamericana, bajo la conducci贸n de Marcelo Gallardo. Y nuevamente se transform贸 en uno de los protagonistas del torneo local, a fin de cuentas, un mandato de su historia. Pele贸 hasta la 煤ltima fecha el Torneo de Primera Divisi贸n 2014, que termin贸 ganando Racing, y no afloja en este multitudinario campeonato que domina Boca.
Y a prop贸sito de su enemigo p煤blico n煤mero uno, consigui贸 eliminarlo de los torneos internacionales dos veces en seis meses. Hasta se asegur贸 el boleto al Mundial de Clubes de Jap贸n, que durante a帽os fue la Meca azul y oro, porque Tigres jug贸 la Libertadores en calidad de invitado y no podr谩 representar a la Conmebol en el torneo que organiza la FIFA. Revirti贸 la tendencia.
“Estamos marcando una 茅poca”, dice D’Onofrio, reci茅n aterrizado en Monterrey. Hered贸 un club desahuciado econ贸micamente, con un pasivo de 600 millones de pesos y al galope de los triunfos y, en consecuencia, de los campeonatos, hoy es capaz de decir que refinanci贸 la deuda y que el f煤tbol no le genera p茅rdidas. Por el contrario, el furor de la victoria produjo recaudaciones impactantes (se calcula que quedar谩n 25 millones de pesos en las boleter铆as) y una facturaci贸n millonaria en sponsors, venta de camisetas, marketing, cercana a los mil millones de pesos.
Hubo un acierto futbol铆stico. La contrataci贸n de Gallardo fue una apuesta que derrib贸 los prejuicios, porque lleg贸 impulsado por el manager, Enzo Francescoli, cuando el resto de los directivos pensaba en Ricardo Gareca, Marcelo Bielsa o Gerardo Martino. El Mu帽eco arrib贸 a N煤帽ez con la 煤nica experiencia de haber dirigido Nacional de Montevideo y le devolvi贸 la identidad a River. Tenencia y circulaci贸n de pelota, f煤tbol de alto vuelo, intensidad, velocidad y contundencia en los metros finales de la cancha. Tuvo buen ojo para los refuerzos. Recuper贸 a Mora, a Ponzio, a S谩nchez y se la jug贸 con Kranevitter. Y cuando tuvo que reinventarse, despu茅s de algunos baches, lo hizo. Justo 茅l, sacrific贸 el enganche y le dio lugar al 4-4-2, sin dejar de ser ofensivo, pero buscando hacer un equipo m谩s equilibrado.
Con Gallardo en el banco, River cosech贸 el 66 por ciento de los puntos que disput贸, con 36 victorias, 24 empates y tan solo 7 derrotas. El t茅cnico, sin dudas, es uno de los cimientos de esta reconstrucci贸n institucional.
Hoy, la vida le sonr铆e a River. Pero necesita la Copa para que la felicidad sea completa. Tigres, s煤per reforzado, ser谩 el rival de su m谩ximo anhelo esta noche. Y no hay un escenario mejor para afrontar esta definici贸n y coronar esta recuperaci贸n. A fin de cuentas, esto es y siempre debi贸 ser River.

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