El 22 de enero de 2017 le cambió la vida a Ryan Mason, el flamante entrenador que reemplazará a José Mourinho en Tottenham, de la Premier League. Entonces, el hoy DT vestía la camiseta de Hull City. Durante el partido por la Premier League con Chelsea, su cabeza impactó con la de Gary Cahill, del equipo londinense. Resultado: 14 placas de metal, 28 tornillos y 45 ganchos en su cráneo fracturado por el golpe. Un año después, en febrero de 2018, Mason se retiró como futbolista para dedicarse a la formación de nuevos talentos. Desde allí, y por necesidad, saltó al banco de suplentes de los Spurs, que despidieron esta semana al carismático portugués. Esta es la historia de un retiro prematuro y un entrenador impensado.
El adiós a la actividad profesional a los 26 años llevó a
Mason a convertirse en activista de un movimiento que busca reconsiderar a las
contusiones en el fútbol, como ocurrió en la NFL estadounidense. Son golpes
que, muchas veces, pueden dejar secuelas en los jugadores, y que con frecuencia
son exigidos para volver al campo en tiempo récord. “Tuve mucha suerte de
seguir vivo”, contó Mason, el nuevo entrenador de los Spurs al podcast Between
The Lines.
El anuncio oficial
Mason, que fue operado en la cabeza apenas una hora
después del incidente (esa premura pudo haberle salvado la vida), recordó cómo
vivió las semanas posteriores. Dio detalles del calvario en el que se había
convertido su vida: “No podía mantener una conversación. Cuando el cerebro se
lesiona, el cuerpo responde a él instintivamente y cierra casi todo el resto.
Su principal objetivo es que el cerebro esté bien, porque es fundamental para
nosotros, los seres humanos. El cuerpo invierte mucha, mucha energía en la
recuperación”.
En una entrevista con el Daily Mail, el exmediocampista
surgido en la cantera de los Spurs recordó los momentos previos y posteriores
al choque de cabezas que le cambió la vida. Y que a punto estuvo de quitársela:
“Recuerdo todo hasta la cirugía. Me acuerdo del centro, del cabezazo, de
aterrizar en el campo, de la ambulancia llegando”, evocó el ex futbolista que,
con apenas 29 años, tendrá su primera experiencia como entrenador principal.
Cinco de sus dirigidos son más veteranos que él. “Mis pensamientos después de
la colisión fueron de puro miedo. Un choque de cabezas es muy común en el
fútbol, pero el sólo impacto fue aterrador, porque fue en el área temporal de
la cabeza. Me acuerdo de estar en el césped. Sentí como si una bomba hubiera
explotado en mi cabeza. Fue muy doloroso”, añadió.
De acuerdo con Opta, especialista en estadísticas del
fútbol inglés, Mason romperá varios récords tras ser confirmado como entrenador
interino de los Spurs. Será el primer entrenador con menos de 30 años en
hacerse cargo de un equipo y dirigir un partido de la Premier League, además de
convertirse en el DT más joven del equipo londinense en toda su historia.
La prensa inglesa especula con que el arribo de Mason a
la dirección técnica del equipo londinense se debe a que compartió plantel con
la mayoría de los futbolistas: dejó el primer equipo al retirarse, en 2018.
Luego, se transformó en entrenador de la academia y, más tarde, en jefe de
desarrollo. Nunca se fue del club de su vida. Esa lealtad también contribuyó a
depositarlo en el banco de suplentes: su primer partido al frente de Tottenham
será mañana contra Southampton. Y el fin de semana tendrá la chance de levantar
su primer título: los Spurs juegan la final de la Carabao Cup contra Manchester
City en el estadio de Wembley. Mason, retirado prematuro y entrenador precoz,
está acostumbrado a quemar etapas.
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