Tan seguros de s铆 mismos parecen dentro del campo de juego, incluso a
pesar del asedio tecnol贸gico, que despierta sonrisas esa timidez que les fluye
en el estudio fotogr谩fico de Clar铆n. Mucho m谩s cuando Germ谩n Delfino se
sube a un escal贸n para no quedar en el subsuelo de Carlos Maglio. A fin de
cuentas, es normal que no se vean relajados ante los flashes. Porque, m谩s all谩
del protagonismo que cobraron en los 煤ltimos tiempos, los 谩rbitros s贸lo se
sienten en el living de su casa con el silbato y las tarjetas en la mano.