Otra vez Racing mostrando dos caras opuestas. Una, la del primer tiempo, un tanto mezquina, poco ambiciosa, que llenó el aire de preguntas. La otra, la del segundo tiempo, menos especulativa, como para dejar un acertijo enorme: ¿por qué no intentar siempre así? Ese remate de Luciano Vietto sobre el final del partido, que se escapó por detrás de la espalda de Agustín Marchesín y que no quiso entrar, es otro síntoma inequívoco del momento que atraviesa Racing: ahora, la suerte está del otro lado. Contra eso no hay nada que hacer. Por eso está más que inquieto Mostaza , a quien anoche se lo notó demasiado molesto. “Estoy muy tranquilo, pero preocupado. Jugamos muy mal y Lanús nos ganó bien. No hay mucho más que decir”, declaró el entrenador luego de la derrota.
Es extraño lo mal que defiende Racing. El funcionamiento atrás, el orden estricto, es el adn de los equipos de Mostaza . Eso fue lo que se le reconoció cuando llegó y sacó a Racing de un pozo ciego. Ayer, la repentina ausencia de Fernando Ortiz, el más regular la de la última línea, profundizó el mal momento de Esteban Saveljich y José Luis Gómez (con problemas físicos). Los dos juegan como si estuvieran huérfanos del referente, desamparados. Y fallan casi infantilmente, como en el tanto de Lanús.
Es extraño lo mal que defiende Racing. El funcionamiento atrás, el orden estricto, es el adn de los equipos de Mostaza . Eso fue lo que se le reconoció cuando llegó y sacó a Racing de un pozo ciego. Ayer, la repentina ausencia de Fernando Ortiz, el más regular la de la última línea, profundizó el mal momento de Esteban Saveljich y José Luis Gómez (con problemas físicos). Los dos juegan como si estuvieran huérfanos del referente, desamparados. Y fallan casi infantilmente, como en el tanto de Lanús.