martes, 25 de febrero de 2014

Diez números clave de esta campaña de Ramón en River

El 9 de diciembre del 2012, Ramón Díaz iniciaba con éxito su tercer ciclo en River. Un 2-0 como visitante ante San Martín de San Juan por la última fecha del Torneo Inicial vislumbraba un feliz porvenir de la mano del técnico más ganador de la historia. "Hay cosas que le faltan pulir, pero es cuestión de tiempo", decía Ramón después de aquel debut. Pasó más de un año en los que no pudo festejar ningún título y el Pelado camina por la cornisa. River juega mal y desde la dirigencia ya le marcaron la cancha. "Si se da cuenta de que no le encuentra la vuelta, se irá solo", dijo Rodolfo D'Onofrio tras la caída en Santa Fe. A continuación, algunos números de Ramón durante esta etapa, en la que hace equilibrio para no caer a un precipicio.





49 son los partidos que dirigió Ramón desde aquel 9 de diciembre de 2012. 

Lo peor pasó y Bianchi tiene más nombres a mano

Un gol. Un triunfo. Un desahogo. Todo eso significó para Boca (y sobre todo para Carlos Bianchi) el 1 a 0 ante Estudiantes del domingo. Sin embargo, ahora el técnico buscará encontrar algo que parece costar mucho más: un equipo.





Alcanza con analizar todo lo que mutó el once titular en una semana. En Rafaela, el jueves, Bianchi sacó a Nahuel Zárate por su bajo nivel y le dio la titularidad a Emanuel Insúa, que cumplió en los dos juegos que disputó y se ganó el puesto. En Santa Fe el Virrey también le dio pista a Claudio Riaño porque Gigliotti no estaba bien desde lo físico y el chico Luciano Acosta reemplazó a Juan Manuel Martínez, que arrastraba una sobrecarga. La derrota por 1 a 0 profundizó las variantes. Setenta y dos horas más tarde, Bianchi sacó a Sánchez Miño (volvió el Burrito Martínez), a Grana (jugó Marín y conformó al DT porque se mostró seguro en la marca) y Gigliotti, goleador inamovible, recuperó su lugar. Pero claro, también regresó al ruedo Riquelme y hasta debutaron en el torneo Rivero (tuvo un buen desempeño) y Perotti (“estoy para jugar los 90 minutos si el técnico lo decide”, dijo). Entonces ahora, ante Vélez y Olimpo (será cuatro días después) hay más apellidos para distribuir en la misma cantidad de lugares.


El técnico analiza.

Andrés Iniesta: "El plantel está a muerte con Martino"

Luego de la derrota de Barcelona con Real Sociedad, que significó perder la punta, los medios españoles apuntaron contra Gerardo Martino. Ayer, en medio de las críticas feroces, el que salió a respaldar al Tata fue Carlo Ancelotti, el entrenador del Real Madrid. Pero este martes el técnico del Barsa recibió un apoyo más significante, el de Andrés Iniesta, uno de los históricos del equipo.




En la conferencia de prensa de este mediodía, Iniesta aseguró que el plantel está "a muerte" con Martino, y admitió que los jugadores fueron culpables de la caída en San Sebastián. "La responsabilidad siempre es de todos, pero los futbolistas somos los que jugamos. El entrenador confió en un equipo para ganar. El siempre quiere lo mejor para el equipo y, en este sentido, no hay ninguna duda de los jugadores hacia el entrenador, al contrario".


Iniesta se refirió, además, al clásico de Madrid, que se disputará el próximo domingo. "Nunca sabes qué es lo mejor. Nosotros estamos a un partido de ser líderes, tenemos que enfrentarnos a los dos y no sirve de nada querer que gane uno u otro si nosotros no cumplimos con nuestra parte", aclaró. Es importante recordar que Real Madrid es puntero con tres puntos de ventaja sobre Barcelona y Atlético.

lunes, 24 de febrero de 2014

España no le perdona una a Gerardo Martino

La caída de Barcelona ante Real Sociedad derivó en la pérdida de la punta y también en una lluvia de críticas para Gerardo Martino. Pese a que el entrenador asumió su culpa por el planteo táctico de su equipo en San Sebastián, la prensa española le apuntó al ex DT de Newell's. Sí, aunque el conjunto de Messi y compañía está segundo, a tres puntos del Real Madrid en la Liga local. Y que, además, tiene un pie en los cuartos de final de la Liga de Campeones, y ya se clasificó a la final de la Copa del Rey.




"Este ataque de entrenador que sufrió el Tata llevó al equipo al precipicio, en el peor partido del Barcelona en muchos años", dice Sport. Y agrega: "El vestuario ya asumió que el argentino tiene dificultades a veces para leer los partidos y hacer los cambios adecuados para buscar el objetivo deseado". Y puntualmente del duelo con Real Sociedad indica que "algunos miembros del vestuario asumieron atónitos el dibujo táctico planteado".

Boca recuperó la sonrisa en la Bombonera, con Riquelme y con su gente

Sólo un especialista muy preparado, y muy futbolero, podría hacer una interpretación sociológica acertada de la reacción de la multitud de hinchas de Boca que desbordó -como pocas veces- la Bombonera . Porque el equipo venía arrastrando una grave sucesión de frustraciones, sin triunfos en los últimos tres meses, que provocó un clima de desconcierto e inestabilidad hasta llegar a poner en duda la continuidad de Carlos Bianchi, el multiexitoso entrenador de otros tiempos felices. El espectacular recibimiento al técnico fue una muestra más de la fidelidad del hincha con su memoria, a contramano, incluso, de una realidad que le duele. Como si el agradecimiento fuera un tesoro innegociable. Como innegociable parece ser el aporte del aliento - rabioso y permanente- para un equipo que hace rato no le ofrece ninguna alegría desde la cancha. Hay que indagar muy adentro en la paradoja.





Entonces, Boca salió a jugarle al puntero Estudiantes (9 puntos ideales)tras dos derrotas consecutivas, con un punto en la tabla, y con Riquelme en el banco después de 92 días de ausencia.
Las ansias de recuperación se palpaban en la tensión del ambiente, afuera.
Porque una nueva derrota terminaría definitivamente con la ilusión de la pelea por la punta y podría anunciar el final de un ciclo sostenido a pesar de todo. Y una victoria (el hincha siempre sueña con la victoria) podría traer un soplo fresco para poder pensar con cierta calma. Siempre sirven los triunfos, diría Perogrullo . Pero hay triunfos que parecen reclamarse como imprecindibles. Como si fuera un ruego se lo esperaba ayer.


Los plazos de Ramón en River se acortan

Los dirigentes no podían disimular su fastidio en la antesala del vestuario visitante de la cancha de Colón. Sin embargo, ninguno de ellos pudo hablar con Ramón Díaz. Por el contrario, masticaron la bronca entre ellos. Lo cierto es que están muy disconformes, desde el presidente Rodolfo D'Onofrio hasta el último de los vocales, con la improvisada línea de tres que presentó ayer en Santa Fe. Bajo esta coyuntura, los plazos del Pelado empiezan a achicarse. Y si nadie garantizaba su continuidad después de junio, pocos creen que pueda terminar el campeonato si continúa con esta seguidilla de resultados.


Colón dio gusto y River, pena

Esa banda que brilló durante el verano ahora luce gastada. De aquel River que ilusionaba con Cavenaghi, el ídolo que volvió del exilio, y el cambio de perfil de Ramón, hoy queda poco y nada. Apenas, un gol del capitán de este barco rojo y blanco que navega a la deriva. Pudo haber empatado, es cierto. Sin embargo, sólo tuvo un instante de inspiración que se tradujo en el descuento. Después, dio pena. La sensación es Colón, que alimenta su sueño de permanencia con orden, oportunismo y contundencia. Junto con Estudiantes y San Lorenzo, es el inesperado líder del torneo.





¿Cómo es posible pretender llegar con peligro al área rival sin cambio de ritmo? Sólo Lanzini era capaz de desequilibrar con su velocidad, pero recién tocó la pelota en el segundo tiempo. Y la culpa no es del enganche si el encargado de fabricar la primera jugada es Ponzio. No es un futbolista idóneo para la gestación el santafesino. Y más allá de esa prolijidad con la que intentó salir jugando desde el fondo, nunca se hizo eje. Así, River se transformó en un equipo lento, exasperante, sin conducción ni llegada. Entonces, Colón se hizo fuerte en el medio, especialmente por los costados, donde los mediocampistas externos aprovechaban las fragilidades que presentaba la improvisada línea de tres, a esta altura, un capricho de Ramón. ¿Por qué eligió el riojano sostener a rajatabla el esquema con sus zagueros titulares ausentes?