jueves, 6 de agosto de 2015

El uno x uno en la noche de la consagración

Marcelo Barovero (6): Después de un primer tiempo con alguna zozobra, en el complemento disfrutó desde el arco cómo sus compañeros demolían a Tigres.
Camilo Mayada (5): Sin ser un marcador de punta natural, reemplazó con mucha responsabilidad e inteligencia a un consagrado como Gabriel Mercado..
Jonatan Maidana (7): De ida, en México, y de vuelta, en su casa, redujo al francés Gignac a la mínima expresión. Cada día más firme, sigue creciendo y parece tener destino de Selección.
Ramiro Funes Mori (7): Definió el duelo con un cabezazo inatajable, con pique incluido. Antes y después se deglutió sin dificultades a Gignac y a Rafael Sobis.
Leonel Vangioni (5): Bellísimo movimiento con técnica individual incluida para el centro del gol. La velocidad de Lamm lo complicó de a ratos, sobre todo en el primer tiempo.
Carlos Sánchez (6): Pateó el penal como un crack. Le cometieron la infracción y le pegó a esa bola con la convicción de un consagrado. Fue premiado como la mejor individualidad de la final.
Matías Kranevitter (6): Con menor lucimiento que en otras oportunidades, siempre estuvo a la altura de la batalla que se libró en la zona del círculo central. Altamente confiable..
Leonardo Ponzio (6): Como es costumbre, jugó la final con el corazón en la mano. Protagonizó un duelo picantísimo con Pizarro. Un león para correr y meter sin dar ni pedir tregua.
Nicolás Bertolo (5): Poco participativo y con bajísima precisión para manejar y pasar la pelota en el primer tiempo. Mejoró notoriamente en el complemento.
Lucas Alario (7): Enorme cabezazo para abrir el marcador. El pibe que llegó de Colón entró en la historia grande. Jugó con tarjeta amarilla desde el minuto 8 de la primera etapa.
Fernando Cavenaghi (5): El capitán dejó la cancha cuando el partido estaba definido. Corrió más de lo que jugó y anduvo lejos de una oportunidad de gol, pero su corazón riverplatense latió fuerte.
Sebastián Driussi (5): Ingresó a los 23 minutos del segundo tiempo en reemplazo de Alario.
Leonardo Pisculichi (-): Jugó apenas un cuarto de hora y entró para mover la pelota. Cumplió.
Luis González (-): Reemplazó a Kranevitter. Jugó 9 minutos.

Un viaje a la intimidad del festejo del mundo River

El festejo de River salió desde el campo de juego y se multiplicó de inmediato en todas las redes sociales. Jugadores, periodistas, hinchas famosos se sumaron en la celebración. Los que tuvieron en el estadio, algunos de ellos en el campo de juego, subieron su alegría a las redes sociales. Gabriel Mercado y Rodrigo Mora, dos que no pudieron jugar por suspensión y lesión, respectivamente, no se perdieron los festejos e ilustraron la felicidad del pueblo millonario.




A la distancia, uno de los primeros en usar su cuenta de Twitter para mandar felicitaciones fue Teo Gutiérrez, nada menos. El colombiano es partícipe de esta conquista y ahora desde Portugal saludó a sus excompañeros. También se sumó Ramón Díaz, el DT que había levantado la última Libertadores en 1996.

Un grito de campeón para volver a ser el más grande de América

lora Magalí. Y a su lado llora Noelí. Y también David y Agustín. Los cuatro ríen, cantan, saltan y vibran bajo la lluvia en la Belgrano, bien cerquita de esos jugadores que dan la vuelta olímpica envueltos en un manto rojo y blanco. Valió la pena llegar tan temprano para gozar la fiesta del final. Lloran Ana, Facu y Juan en un palco después de gritar hasta la disfonía los goles de Alario, de Sánchez y de Funes Mori que, al cabo, firmaron la estelar consagración. Y brindan con un champán francés especialmente traído para esta celebración. Lloran Mariano y Esteban en la San Martín abrazados en ese canto de amistad desde que la vida los unió. Y llora Julieta en la Sívori, casi al lado de Los Borrachos y el resto de la barra. Lloran todos de la emoción porque ellos no vieron a River campeón de la Libertadores. No estuvieron en Cali y en el Monumental en el 86 y tampoco en el 96. Por eso, el sabor de la primera vez tiene un gustito a felicidad. River es campeón de América por tercera vez y toda la familia, la que está en la cancha y la que lo vio por televisión, está unida en esa comunión que hoy les regala la tecnología para comunicarse a través de las redes sociales. Unos y otros son un solo grito. Una sola bandera. Un himno, casi... "De la mano del Muñeco, vamo' a Japón...".
 Los hinchas de River festejan la Libertadores en el obelisco

La emoción deja paso a la algarabía en el momento de la premiación. Las casi 70 mil almas que están en la cancha y los millones que lo vieron por televisión, en la Argentina y en el mundo, son un grito único: "Dale campeón!". Las medallas cuelgan en esos cuellos orgullosos. La Copa es alzada por los capitanes del nuevo campeón (Cavenaghi y Barovero). Los papelitos dorados viajan de un lado a otro por ese viento huracanado. Y la lluvia, que fue una bendición, ya ni siquiera les molesta. Los hinchas secan sus gargantas con todos los himnos dedidados a los "primos" que hoy no deben estar pasándola bien. "Si querés dar la vuelta, no te quedes con ganas..." gritan y gritan, mientras en la tribuna aparece una bandera que es todo un símbolo, y también un mensaje irónico e hiriente: "Gracias Panadero".

Un técnico que muestra credenciales de Selección

Marcelo Gallardo volvió a River para reemplazar a Ramón Díaz, que se acababa de ir campeón. Los primeros destellos de su equipo de presión asfixiante y voracidad inagotable hicieron rápidamente olvidar al riojano: invicto en sus primeros 22 partidos, 38 goles a favor y 12 en contra, fueron la carta de presentación. Ganó sólo uno de los tres títulos que disputó en el primer semestre, empero el más importante: la Copa Sudamericana tras haber eliminado a Boca en semifinales. Recuperó a dos desterrados por Ramón, como Mora y Carlos Sánchez, y postergó a un mimado por los hinchas como Cavenaghi. Perdió con Boca los partidos que tenía que perder: los amistosos de verano y el Superclásico que abrió la trilogía de 2015, por el torneo. “Ahora nos van a tener que aguantar”, dijo tras entrar por la ventana a octavos de final de la Libertadores. Por las decisiones de Gallardo, entre ellas recuperar a Ponzio, River sometió a Boca en los 135 minutos que se jugaron en octavos. Muchas veces su equipo apeló al juergo brusco: proyectando su carrera a las grandes ligas deberá corregirlo porque sólo en América se permite pegar tanto. Pidió hasta el capricho a Viudez, y el uruguayo respondió con 22 minutos brillantes en Asunción para llegar a la final. Insistió por Alario, y por este pibe de 22 años Teo quedó en un recuerdo tuitero. Todo eso logró Gallardo. Y lo coronó con la Libertadores que intentaron ganar Passarella, Gallego y Simeone. Al Cholo le apareció un competidor en una carrera que se trazó a largo plazo: si sostiene decisiones y convicciones en el tiempo, el Muñeco también tiene destino de Selección. 


Marcelo Gallardo levanta la Copa Libertadores

La cargadas de River a Boca por la obtencion de la Copa Libertadores 2015

El hincha de River festeja. Festeja en el Monumental. Festeja en la calle bajo una lluvia torrencial. Festeja en el trabajo o en el colegio, con las cargadas a cualquier hincha de otro club que cruce en el camino. Y festeja en Internet, también, donde los memes son furor y se comparten a través de las redes sociales. La alegría es una: haber ganado la Copa Libertadores después de 19 años. La ilusión es otra: viajar a Japón y jugar contra Barcelona. Y el rival es uno solo: Boca, el gran objetivo de las cargadas.




Euforia en la prensa española tras el regreso de Messi con el Barcelona

En un partido amistoso frente a Roma por la Copa Joan Gamper, Lionel Messi volvió a aparecer en un campo de juego tras la derrota en la final de la Copa América de Chile. Y lo hizo con una destacada actuación, que incluyó un gol y un pase sensacional para que Neymar abriera la cuenta. Por eso, no sólo la afición blaugrana se rindió a los pies del rosarino, sino que también lo hizo la prensa española.
 Messi volvio al Barca y volvio loco a la Roma

"Supermessi", fue el título que le dedicó Sport al retorno de Lionel a las canchas. El capitán del seleccionado argentino anotó el segundo gol de la victoria 3-0 sobre Roma y participó en la elaboración de la jugada para el primer tanto del encuentro. El portal As, por su parte, indicó en su título que "el Barsa muerde con Messi", mientras que El País le dedicó algunas líneas al tridente ofensivo del elenco de Luis Enrique: "El equipo azulgrana olvida los problemas defensivos de la pretemporada y descompone a Roma gracias al fútbol de salón de sus tres delanteros universales", en referencia a Neymar, Messi y Luis Suárez.

River fue el mejor, por corazón, actitud y convicción

Acá, a nadie le importan las cuestiones técnicas. Acá, no existen los minutos para el análisis profundo. Acá, no tiene cabida si jugó el fútbol que pregona Gallardo y que respalda su rica historia. Acá, en este Monumental extasiado y conmovedor, la vida es color de River.

A esos locos que saltan y deliran todos mojados, lo único que les interesa es que River es campeón de América. Están en todo su derecho.
Hasta los 44 minutos, ese instante sublime en el que el estadio pareció partirse en mil pedazos, la producción de River había sido tan insulsa que hasta el entusiasmo y la euforia de la muchedumbre estaban minimizados. Salvo el aliento casi automático de la barra brava, el resto miraba sin encontrar motivos para enrojecerse las manos aplaudiendo o para soltar algún grito que sacudiese al equipo. Todo era monótono, confuso, friccionado. Cero emotividad. Y cero fútbol.